Páginas en el suelo
El pasillo noventa y siete de la Biblioteca Plumkier amaneció con montones de páginas tiradas por el suelo. Este hecho había ocurrido por primera vez en la sección de «Novela corta» hacía un par de meses. En aquella ocasión se…
El pasillo noventa y siete de la Biblioteca Plumkier amaneció con montones de páginas tiradas por el suelo. Este hecho había ocurrido por primera vez en la sección de «Novela corta» hacía un par de meses. En aquella ocasión se…
Azules que se caen de morados Tanto dio la piedra sobre el cántaro, que se secaron los olivos. Ella tenía los ojos turbios y un turbante azul, azul como las mallas que se interponían entre mis ojos, mis manos y…
Éxodo En lo alto del día eres aquel que vuelve a borrar de la arena la oquedad de su paso; el miserable héroe que escapó del combate y apoyado en su escudo mira arder la derrota; el náufrago sin nombre…
Me tienes en tus manos… Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo. Me aprendo en ti más que en mi…
Entre sílabas de pan entró del cielo para abrir la puerta de un siglo caído, salvar el eterno paréntesis de los cuerpos sin amparo y las cuatro sombras de castigo, como frutos negros de un árbol en sangre enraizado. Caminó…
Ausencia Se va de ti mi cuerpo gota a gota. Se va mi cara en un óleo sordo; se van mis manos en azogue suelto; se van mis pies en dos tiempos de polvo. ¡Se te va todo, se nos…
Me duele tu nombre Solo queda el silencio, pisadas de ayeres olores de lluvia de aire y escarcha Solo queda a lo lejos letanías placeres sobre pies cansados del olmos que mueren Flotando en palabras entre las ramas secas, se…
Las Lunas de los Niños Luna de Veleros Luna de Veleros que navegan en el mar A la vela la lleva el viento, ó el timón decidirá Por los mares van flotando como arco iris en el mar Luna de…
Mi Padre Vive en un tranvía de algodón y paredes de aire. Bajo techos de arcilla deambula cerca de los mortales con tan solo su nombre a cuestas. La gasa que le sostuvo se desintegró sin olvido y el tiempo…
Pena tengo por el incienso con olor a sándalo y las rosas rojas que pusiste en mi habitación. Se acabo. Murió. Y el alma que no es propiamente la mía vaga triste por la casa. La veo caerse. Acudo para…