Abnegación

Te deslizas por mi historia describiendo el pulso con la imaginación de un arquitecto ciego que reconoce el hambre y ofrece sus palmas a mis pechos, que le dibujan la luna en homenaje a la otra luna que aguarda más dentro; allá, dividida en su indiferencia de sendero donde oculta la prueba
de la mortal estirpe o del fuego que me queda para tomar la vida.

Sedúceme el alud poniéndo tu boca a mi apetito. Imprime tu sello con esa lengua, lombriz de abnegación que repta y asesina, que me muda la piel de lluvias que pasaron por mi centro y germina mi origen en sismos de voces ciegos y de tierra que se quema en visceral arrullo.

Emerjo de tu frente en el aliento vivo de linfa encendida con el que me haces perfecta.

Y otra vez más me buscas en ambición de espumas.
Sales al mar inaccesible de la piedra que apunta mi futuro o de la savia que me limpia las yemas y el olvido.

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