No se si existen lágrimas que oculten o que aprendan a evitar las nubes negras que amenazan constantemente a aquellos que fueron cómplices en el dolor que mi pueblo ha pasado.
Y si la clave no es la danza, la música, la poesía… llegarán trozos de un nuevo amanecer frente al mar, un silencio de Paz bajo el resplandor de un cielo azul que clama ser la salvación (como si recién ahora un mundo surgiera y apenas le empezara a conocer).
Un mundo, donde la Paz esté escrita en las alas de cada una de las aves, y estas las guíen de un sitio a otro para colocar mensajes sobre las frentes, las manos y los brazos de los hombres.
Quizá, cuando el Sol deje un rastro de luz al esconderse, ligero y apagado, para renacer mas tarde en un cielo de colores que jamás haya visto ni escuchado… los hombres jamás volverán a ser adversarios.
Nacerá, renacerá un mundo de Paz, de salud, de Bienestar y Alegría