Presidio

Vivo tras una malla de púas
que florecen tan sólo por fuera,
pétalos de mandarinas desgajadas
con aroma de azahares.

Alambres lloran mi sangre
en decapitada certeza.

Médula marchita sin magia,
hechicería grabada en la piedra,
con las manecillas ausentes,
y sus lunas que arrastran relojes.

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