Deterioro

Los objetos siguen su normal deterioro.

Los zapatos despojados siguen con olor a piel,
pero nunca más calzarán su esencia

El cabello ajeno sigue trenzando ante el desprecio, como si nunca
antes perteneció a un alma, como si ahora no gritara su nombre aún
donde descansa el injusto sobre de él.

Las escudillas siguen hambreando el deseo prohibido
las cucharas se sirven del egoísmo fratemizo.

Las barracas aquí siguen velando las pesadillas, aunque ya en pe-
numbra.

Aquí las cosas siguen su normal deterioro,
pero el hombre arrasa, arranca,
Va de uno en uno, va de seis millones.

Aquí los objetos son testimonio,
pero el hombre
aún no recuerda.

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